viernes, 13 de noviembre de 2009

Los Ochenta de Canal 13: se puede hacer buena TV


Soy un fans de la serie Los Ochenta de Canal 13. Todo, absolutamente todo me gusta: la delicada ambientación, las acertadas locaciones, las pausas para ir a comerciales, los entrañables personajes de siempre y aquellos que van apareciendo fugazmente en cada capítulo. Inolvidable el último burócrata que tramitó largamente a Juan Herrera para obtener su nueva cuenta corriente del Banco O’Higgins o el asiático que con dificultad le describía el menú de la comida china que Juan compraba con su primer cheque.

Esta serie es lo mejor que he visto en varios años en la televisión chilena y eso que veo harta “tele”. El talento de Quercia y Wood lograron un resultado que refleja fielmente la identidad de la familia chilena, de sectores medios y populares que suman esfuerzos individuales y comunitarios para vivir mejor. El hogar, la plaza, la calle, el almacén y los vecinos. Así somos los chilenos y chilenas. Algunos dicen que éramos así, yo creo que aun lo somos.

El almacenero pinochetista es un personaje soberbio. En su negocio se respira más solidaridad que una actividad comercial propiamente tal, allí está el teléfono de la comunidad que registra los recados y se corre a avisarle al vecino o la vecina frente a una emergencia. Los productos que permanecen en las estanterías parecen las postales fidedignas de un tiempo que se fue.

La familia de Los Herrera representa notablemente las conversaciones cotidianas de los hogares chilenos. Una mezcla abigarrada de proyectos de vida, las cuentas por pagar, lo que dice y no dice la “tele”, las dificultades de la “pega”, el rendimiento en los estudios, los malentendidos y las discusiones en voz alta que concluyen con un cigarrillo en el patio. El universo del “habla” transcurre en el camarote de Félix y Martín, en el escritorio de Claudia, en la cama de Juan y Ana, en la mesa del comedor y en la superficie angosta de la cocina.

Esta serie es el mejor ejemplo que se puede hacer buena TV con altos ratings de sintonía. En este tercer capítulo de la nueva temporada los 80 nuevamente lideraron las preferencias de ese primer domingo de noviembre, marcando un promedio de 26 puntos y un peak de 31, compitiendo nada menos que con el estelar de Felipe Camiroaga.

Canal 13 en los últimos años ha venido haciendo un esfuerzo consistente por mejorar la calidad de su programación. La serie Héroes y el programa Santiago no es Chile entre otros, expresan la voluntad de competir con calidad, haciendo producciones ambiciosas y muy ligadas con la identidad nacional. Seguramente, la breve experiencia de la “parrilla flexible” será recordada como un mal capítulo en este camino.

Ello contrasta con la oferta programática de otros canales privados de la TV chilena, que han convertido en sinónimo la entretención y la farándula. Exponiendo a sus audiencias a una programación que claramente no contribuye a elevar la calidad de la TV en nuestro país. Utilizando sofisticados procedimientos técnicos y de marketing para entretenernos a toda costa y a bajo costo.

Entonces, más que nunca deben multiplicarse las instancias para que la calidad en la producción televisiva sea premiada y fortalecida por el Estado. Está muy claro que en este medio como en otros, la simple competencia de los actores no genera una mejor televisión y que más aun, determinados canales muestran sistemáticamente un nulo compromiso con la calidad de su programación.

Con mucha frecuencia se crítica a la TV abierta porque no tiene un compromiso verdadero con la calidad de sus contenidos. Es bueno también destacar aquellos casos en que efectivamente un canal y todo un equipo de producción demuestran una motivación auténtica y sistemática por construir una buena historia y crear personajes que quedarán en la retina de chilenos y chilenas durante muchos años.

La serie Los Ochenta de canal 13 bien merecido tiene el respaldo que le ha dado el Consejo Nacional de TV y los múltiples galardones que ha obtenido por parte de la crítica especializada, convirtiéndose en la mejor señal que cuando existen las voluntades se puede hacer buena televisión en Chile.

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